Impresionante, soberbio, colosal el partido que se marcó anoche el brasileño del TAU, Thiago Splitter. El solito se encargó de poner el 0-1 en la final y con el factor cancha ahora a favor de los baskonistas. El primer partido de una eliminatoria de playoffs siempre es importante, diría clave. Si lo gana el local, la cosa sigue igual, pero si gana el visitante cambia totalmente el panorama de la eliminatoria. El TAU consiguió uno de sus objetivos, ganar un partido en el Palau y podrá sentenciar el título en su casa. A parte de que podrá encarar el segundo duelo de mañana con menos tensión.El Barcelona se vio totalmente superado por los vascos, que hicieron un verdadero partidazo. Solo en el comienzo del partido, los catalanes salieron enchufados a la cancha y hiciero un parcial de 11-2 que recordaba al que le endosó a la Penya en semis. Pero el TAU reaccionó a tiempo y llegó al final del primer cuarto con ventaja, para luego aumentarla hasta 14 puntos al término de la primera mitad. Como era de esperar, el Barcelona salió a presionar más al TAU, fue más agresivo en defensa y se acercó en el marcador hasta llegar a los 4 puntos de desventaja. Pero algunas pérdidas de balón de Lakovic, tiros mal seleccionados y sobretodo al acierto de Splitter -acabó con 21 puntos y 30 de valoración- volvió a aumentar la ventaja en 11 puntos y el partido quedó visto para sentencia.
Mañana segunda batalla de la final, de nuevo en el Palau. El Barcelona con toda la presión del mundo. Ir a Vitoria con 0-2 sería practicamente imposible de remontar. Veremos con que mentalidad juega los vitorianos, si con la de intentar conseguir la segunda victoria y casi sentenciar el título o, por el contrario, saldrá más relajado y luego poder sentenciar en casa en los dos próximos encuentros. Veremos.


Cuando una final se decide en la tanda de penaltis siempre hay un héroe y un villano. Van der Sar ejerció de bueno parando la decisiva pena máxima al francés Anelka. El que se llevó la peor parte fue Terry, el inglés lanzó el quinto y último penalti que hubiera dado el título al Chelsea. La mala fortuna hizo que resbalara y enviara el balón al poste. Justo antes de lanzar el penalti, comenté a las personas que estaban conmigo viendo el partido, que Terry era la persona ideal para darle a los blues la primera copa de Europa. Un hombre inglés, que siempre ha vestido la camiseta del Chelsea, el capitán...era lo más justo. Pero el fútbol no es justo y ayer fue tremendamente cruel.
En la fase decisiva, los penaltis se iban sucediendo hasta que llegó el momento de Ronaldo. El portugués, que falló en Barcelona, volvió a fallar ayer. El luso se vino abajo, veía que se le escapaba la final hasta que llegó el momento crucial de la noche. Terry era el encargado de lanzar el quinto lanzamiento y la mala fortuna se topó con él. Su lanzamiento se marcho al palo y dio vida al United. Estos no fallaron más y el error de Anelka propició que los red devils se alzaran con la tercera copa de Europa de su historia.
















