EL PASILLO FUE UNA ANÉCDOTA

Los culés pensaban que no habría mayor humillación que la de hacerle el pasillo al Madrid, pero se equivocaron de lleno. La hubo y pudo ser peor. Cuando un equipo juega como lo hizo el Barcelona ayer, pasa lo que pasó. Que tu rival te golea, te humilla e incluso te perdona la vida. Porque el Madrid le metió cuatro a Valdés, pero es que si hubieran necesitado ocho goles los hubieran metido. Posiblemente el peor Barça que he visto en un clásico, incluso peor que el 5-0 de 1995.

Como he dicho la noche empezó con el Barcelona rendido al campeón. El partido más bien parecía un encuentro amistoso de pretemporada que no un clásico entre los dos grandes de España. Ya dijimos ayer que el ritmo lo marcaría el Madrid, ellos serían los que decidirían a que se jugaba ayer. Y fue así. Al Barcelona poco le importaba la victoria del Villareal que les obligaba a ganar para aspirar al subcampeonato. Salieron sin ganas, sin motivación, pensando más en que se acabe la temporada y comienze la siguiente cuanto antes. Borrón y cuenta nueva. El Madrid jugó a lo que quiso y como quiso.

Lo peor del Barcelona es que la temporada aún no ha acabado. Le quedan 2 partidos aún, y lo que es peor, el domingo juegan en casa. La bronca puede ser histórica. Es increíble como estos jugadores han dejado escapar una oportunidad única. Posiblemente con la mejor plantilla de la historia del Barça, podían haber superado al Dream Team de Cruyff, podían haber enlazado una etapa gloriosa, se haya convertido en dos años penosos, con problemas constantes en todos los estamentos del club. Y lo peor va a ser la reestructuración. Acertar con los fichajes y los descartes va a ser tarea complicada para Guardiola.