UNA EXHIBICIÓN Y DOS GOLAZOS

¡Suerte que el United ya estaba en la final! Vale, lo reconozco, yo también dije que el Manchester ya estaba en Roma tras conocer el resultado del sorteo. Pero es que era lo lógico. Ya lo sabía, pero cada vez me doy más cuenta que la lógica en el fútbol tiene un porcentaje ridículo. Grandioso el partido del Oporto en Old Trafford. Nunca el año 2004 estuvo tan cerca como ayer. Un año en que se coronaron campeones de Europa, equipos inferiores como Oporto y Grecia. El equipo que tiene como base un duro trabajo táctico tiene mucho ganado. Aunque si los portugueses tuvieran a un jugador nivel top en sus filas, el partido de ayer acaba 2-4 tranquilamente. Magnífico el partido de la pareja de medios, Fernando-Meireles. Lucho pone esa chispa de imaginación y la velocidad del tridente Rodríguez-Hulk-Lisandro es casi mortal. Si este equipo no tuviera tantos despistes defensivos -solo hace falta ver el gol de Rooney- y en su plantilla gozara de un jugador técnicamente superior, sería candidato al título. Cierto, ahora nadie duda que puede eliminar al campeón de Europa, pero lo que diferencia a un equipo bueno y a un equipo campeón es la calidad. Siempre hay excepciones, pero otra con cuatro años de diferencia lo veo difícil.

Para calidad la de los goles del Madrigal. Tan impresionante fue el zapatazo de Senna, como la majestuosa chilena de Adebayor. Vuelvo a reconocer que con este jugador estaba equivocado. O eso, o que todos los partidos que le he visto no ha estado afortunado. Pensaba que era gafe, pero ayer me quitó un peso de encima cuando vi la chilena que se sacó de la manga, o más bien de su bota derecha. Salió a por todas el Villareal, que junto a un desubicado Arsenal, le proporcionó avanzarse en el marcador. En la segunda mitad, pasó todo lo contrario. El Arsenal fue invitado por Pellegrini a tener el balón y dominar el encuentro. El cambio de Matigol por Cani todavía no lo entiendo, y sería bueno que el entrenador amarillo le siga dando vueltas, será señal de que reconoce el error. El Villareal perdió el control del balón y estuvo a merced del juego de un gran Cesc. Con un poco más de precisión el Arsenal le hubiera dado la vuelta al marcador. Cuando Pellegrini se enteró del error, el partido ya estaba igualado. La entrada de Guille Franco equilibró más el partido y cualquiera se podría haber llevado el gato al agua. Eliminatorias tan igualadas como esta se decide por pequeños detalles, por aciertos o por errores individuales. El entrenador chileno cometió un de esos errores que le puede costar unas semifinales de Copa de Europa.

Lo que hace 48 horas apuntaba a unas semifinales Manchester United-Villareal, ahora tiene pinta de Oporto-Arsenal. Aunque lo que hoy es blanco, mañana es negro. Como no sabemos donde vamos a estar mañana, como para saber quien estará en semifinales.