De la jornada de Champions de esta semana nos podemos quedar con varias cosas: la clasificación, no sin apuros del Madrid, la debacle del Inter en San Siro con el Panathinaikos, de una nueva goleada del Barcelona o el pinchazo del Chelsea en Burdeos. Pero quiero resaltar a un jugador por encima de todo lo demás, Nicolás Anelka. Ya venía haciendo una temporada realmente buena en el Chelsea y tirando del carro por la ausencia de Drogba. El gol de ayer en Burdeos lo acabó de confirmar. Nos recordó a ese jugador joven del Arsenal que maravilló a toda Europa y que Lorenzo Sanz desembolsó 5.500 millones de pesetas en una operación que calificó como "una locura encantadora". Casi 10 años hemos tardado en volver a ver a ese francés que encandiló a Highbury. Durante toda esta década mucho baches en la vida de un futbolista que podía haber marcado una época y se quedó en un buen jugador.
El millonario trasapaso al Real Madrid posiblemente le pesó demasiado. En la temporada que estuvo en el Bernabéu nunca llegó a rendir como de él se esperaba. Incluso llegó a anunciar que dejaba el fútbol a los pocos meses de su aterrizaje en la capital. Sus malas compañías procedentes de sus hermanos le llevaron por el mal camino. En Madrid no acabó de cuajar, pero se le recordará por los dos goles que le metió a Kahn en las semifinales previa a la octava Copa de Europa. Volvió al PSG, siguió en el Liverpool pero no acabó de cuajar. Nicolás solo tenía 23 años y ya había militado en cuatro equipos y pasado por tres países. Muchos le daban por acabado. Recaló en el City y fue donde tuvo mejor rendimiento desde su salida de Londres. Pese a que se vio la mejor versión de Nicolás, el City lo traspasó al Fenerbahce turco por 11 millones de euros. Siguió dando muestras de que todavía quedaba Anelka para rato. Incluso volvió a la selección francesa, pero finalmente Domenech no le incluyó en la lista para el Mundial de Alemania. El tercer regreso a las islas puede ser el definitivo. El Bolton se fijó en él. No defraudó ni mucho menos.
La vuelta a un grande europeo estaba cantada. Fue el Chelsea el que se adelantó pagando 20 millones de euros. En una primera temporada con Drogba en su mejor versión no acabó de adaptarse, pero dejó destellos de su enorme calidad. La temporada no acabó del todo bien para el francés, erró el penalti decisivo en la final de Moscú ante el United. Pero esta temporada, titular indiscutible con Scolari y con la baja por lesión de Drogba, el francés vuelve a ser el que hace 10 años el Real Madrid pagó más de 5.000 millones. Está siendo decisivo en casi todos los partidos de los blues. Ha vuelto a recuperar la velocidad, físico, potencia y calidad que demostró antaño. El gol que metió ayer en Burdeos lo demuestra. Error del Girondins, velocidad de Nicolás, amago al portero y definición exquisita. Al final que Anelka sea el jugador por el que más se ha pagado en traspasos, 124 millones de euros, estará justificado. Nico ha vuelto. Londres le gusta.
