DERBY ENTRE BOIXOS Y POCHETTINO

Definitivamente el de hoy será el último derby en Monjuïc antes que los periquitos se instalen en su nueva casa, alejada de la ciudad condal, en Cornellà. El destino ha querido, cosa que agradecemos, que el último partido en la montaña mágica entre estos dos equipos no fuera el del 27 de septiembre, tristemente recordado por los incidentes de los cafres de los Boixos Nois. No seré yo quien exculpe a los Boixos de esos echos, pero más culpa tuvieron los encargados de proteger la seguridad en el estadio, ya sea privada o de los Mossos, y de quien les vendió las entradas a un grupo que muchos de ellos seguro que están fichados por la policia. Pero esto es fútbol, así que dejemos de hablar de estos indeseables. Como decía, el último derby en Montjuïc y el primero de Pochettino como entrenador perico. Partido que puede marcar un antes y un después.

Veremos si la fuerza con la que ha parecido entrar el carismático argentino al banquillo será suficiente para encauzar el camino de un equipo que va a la deriva. Muchos son los que piensan que esta eliminatoria con el Barcelona está perdida, incluso los periquitos más optimistas. Además que nunca unos cuartos de final de Copa habían sido tan molestos. Más preocupados por la situación liguera que para vivir noches épicas en la competición del K.O.. El de hoy puede ser un punto de inflexión o definitivamente el golpe definitivo a un equipo muy tocado y que, desde fuera, se ve que hay problemas más importantes que los deportivos, problemas que vienen de más arriba. Partiendo de la base que una derrota blaugrana, visto como están los dos equipos, sería una sorpresa mayúscula, la probable derrota perica podría acarrear problemas serios. El objetivo del nuevo míster será recuperar moralmente al equipo y una derrota cruel esta noche, es decir, goleada y humillación, sería casi un hachazo. Haría bien Pochettino de centrarse en el partido de Valladolid que no en posibles victorias heroicas ante el eterno rival. Perder sí, pero según de que manera.