
El quinto partido empezó como todos los partidos que los Lakers han jugado en su cancha. Comienzo arrollador hasta conseguir grandes ventajas, pero luego bien por la rotaciones de Phil Jackson y que los Celtics comienzan a coger ritmo, la desventaja se esfuma y da pie a un final apretado. Esta vez la suerte le sonrió a los angelinos, que con el trío Odom-Gasol-Bryant: 20, 19, 25 puntos respectivamente respondieron al partidazo de Paul Pierce, autor de 38 puntos. Mucho tienen que cambiar las cosas para que Paul no sea nombrado MVP de la final. Una remontada de los Lakers lo impediría.
El partido de Gasol, el mejor de toda la final. Sus 19 puntos y 13 rebotes eclipsaron, por una vez, el partido de Kevin Garnett. El español le superó en todo. Se notó que los Lakers se jugaban más que los Celtics. Si Pau y compañía quieren seguir optando al título, Gasol deberá de hacer, como mínimo, el mismo partido de ayer, mañana por la noche en Boston. La actuación de Gasol se antoja primordial para que los angelinos consigan igualar la final y forzar un séptimo partido a cara o cruz de infarto.
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