
España, como he dicho, parte como favorito por su gran juego, sobretodo en semifinales, pero tiene la baja importante del pichichi del Europeo, David Villa. Su puesto lo ocupará Cesc Fábregas, con lo que la selección perderá algo de remate pero aumentará su posesión de balón, con un centro del campo de auténtico lujo, con peloteros de una calidad altísima. Por lo demás, los mismos jugadores de siempre. En Alemania, la duda es su capitán Michael Ballack. Arrastra molestias en un gemelo y su puesto lo ocuparía Borowski. Buen jugador pero de menor calidad que el jugador del Chelsea. Aunque estoy convencido que Ballack jugará la final, es un partido tan importante que nadie se quiere perder. El resto del equipo, nada nuevo. Schweinsteiger y Podolski como hombres importantes.
Final apasionante la de esta noche, como todas las finales. Pero con un aliciente nuevo. Más bien un aliciente inesperado, y es que España volverá a jugar una final 24 años después de la final de París y 44 años después de su único título europeo. Alemania con tres títulos, repite final después de 12 años, pero los germanos son auténticos especialistas en partidos de este estilo. La experiencia es un grado, o eso dicen.
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